¡No tienen pelotas!
- cesar dario fazzini
- 26 feb 2017
- 4 Min. de lectura
-“¡No, pará! Empezás el año derrapando mal, ¿a quién te referís?”. -“Me refiero a los jugadores”. -“¡No! ¿Te la agarrás con los jugadores? ¡No juegan, no cobran y tienen la panza verde de tomar mate!”. -“¡No, salame, entendé el sentido dual, la alegoría binaria, me refiero a que ‘no tienen pelotas’ para jugar al fútbol, ¡porque se las sacaron, les robaron el útil, la número cinco, la redonda!, ¡se la birlaron! ¡Devuelvan la pelota ‘hachedepes’!”.
¡Somos jugadores, queremos jugar! Los usurpadores del fútbol parecen la vecina mala del barrio. “¿¡Me devuelve la pelota, señora!?”, y la vieja, ¡piiif!, te la pinchaba. Y sin la pelota, se desinflaba la alegría, se esfumaba el ensueño del juego, se alejaban los ecos de cortina de chapa abollada, como cuando se aleja la última murga. “¡Vieja amargada!”, gritábamos, y salíamos corriendo. Pero la señora algo de razón tenía, porque le interrumpíamos la siesta, en cambio los indignos de ahora, que nos aguijonearon la pelota, son almas huecas, espíritus vacíos cuyo único combustible es el dinero.
-“¿Qué le cargo señor? -“¡Plata, plata, cargame plata que sino no funciono!”. -“¡Pero nosotros queremos ver fútbol, conversar fútbol, sufrir fútbol, almorzar fútbol, compartir fútbol, transpirar fútbol, transmitir fútbol!”. -“Ja, para nosotros la pelota tiene forma de billete, gil. ‘No money, No foot-bal’. Te explico: el fútbol tiene dos componentes, ‘la pasión y el dinero’, los dos elementos los ponen ustedes, ‘los hinchas’, y después repartimos, ustedes se quedan con la pasión, y nosotros… ¡con toda la guita, la biyuya, la platita! Ji, ji, ji”.
Puaj. “Es despreciable tener una vida, y usarla sólo para obtener dinero y estropearle la vida al otro”. Los gobernantes, los empresarios, y los dirigentes que manejan el fútbol, son gente de abrazos fingidos, de miradas oblicuas, eyaculadores precoces de palabrerío tramposo, es preferible ser cualquiera de nosotros, apenas un hincha puro y apasionado, que ser “ellos”. Pero “ellos” nos “despelotaron” la vida, nos ensombrecieron la existencia, nos alargaron las horas. ‘Tranca’, ya sé que la vida no es fútbol solamente, pero al fútbol lo saco de mi vida cuando yo quiero, no me gusta que me lo saquen de prepo estos menesterosos. Igualmente, si a mi me sacás el fútbol, no me quedo desnudo, si a ‘ellos’ les sacás la guita, se quedan en “tarlipes”, con sus pequeñeces al aire.
Tierra arrasada, devastada, saqueada. “¡Apocalipsis-fúbol!”, grita Francis Ford Coppolla. Donde había fútbol, hoy, hay nada.
-“Listo, ¿terminaste? Fueron tus últimas palabras mientras vienen a detenerte por todo lo que dijiste”. -“Dale, pido salida transitoria para festejar el ascenso de Platense en junio”. -“Quedamo así”.
Mientras tanto en Vicente López Gracias a que llegó Vizcarra, se fue Quintana, lo cual es motivo suficiente para venerar al “Chino”. Aquiles está ensañado con el tendón de Volken, que ya pertenece a la extraña mitología Calamar. Delgado, Salazar y Mattiuzzo están indignados con los dirigentes, porque les falta uno para el truco. Hay quienes dicen que la rotura de ligamentos es una patología tan contagiosa como la hepatitis. El plantel Calamar debería vacunarse.
Un día el señor Abril entró al club gritando: “¡Llegó el aparato, llegó el aparato!”. “¡No le digas aparato!”, bramó ‘Bianchini nature’. Y agregó: “Lo recomendó Labruna, porque se lo recomendó un tipo, que le recomendó que lo recomiende. Además, Omar tiene ‘Nordel-TV’ y es fanático del Al Nasar”. “¡No hablo de Galán!”, dijo el señor Abril. “¡Llegó el aparato que donó Bergessio!”. “¡Ups!, perdón”, se disculpó por primera vez en su vida ‘Bianchini nature’, mientras se abrazaba a Darín y decía: “Quiero ser un tipo normal”, y pedía una de muzza y una Quilmes.
“Los amistosos solo son para ir sacando conclusiones, pero no saquen conclusiones, porque son solo amistosos, por lo tanto no hay que sacar conclusiones, porque los amistosos solo son para sacar conclusiones”. Maraña semántica que invalida cualquier opinión. Stop.
Platense ahora tiene muchos más chorros que antes, y eso es muy bueno, el riego automático era indispensable. El Intendente no asistió a la inauguración por temor a que los chorros estuviesen prendidos, no quería mojarse.
“Al período que transcurre entre el éxito reciente y la conquista definitiva, se lo denomina ‘Incertidumbre Confortable’, la ilusión embalsamada de los hinchas de Platense, el invicto de Labruna, todo puede desmoronarse en 90 minutos contra los once del “Tipi Chapia”. ¡La segunda parte del torneo, dura solamente una fecha! ¿¡Entendieroooon!?”, vociferaba el filósofo Sztajnszrajber, desde su inquina Pincharrata. Fui a hacer pis, tomé agua, y pude volver a dormirme.
Camino por cualquier calle, porque solo camino por Zapiola cuando juega Platense. “Es un torneo de una sola fecha, si le ganamos a Barracas, ascendemos”, insistía mi cerebro recordando la pesadilla nocturna. interrumpí mi cavilación para evitar una tesis sobre una derrota en ese partido”. Seguí caminando y me interceptó un dirigente del Platense actual, que pertenece al grupo “Cuchara”, y me dijo: “¡Te parecés a Spinelli!”. Yo tomé en cuenta sus dichos, y reservé un turno en “Medical Hair”, aunque tal vez no se refirió a mi calvicie.
Algunos jugadores de fútbol de Platense se quedan tirando al aro después del entrenamiento, dicen que es para cobrar los sueldos al día. Cuando Labruna pide un marcador central, el presi le dice: “¡Aro, aro, aro , aro! Ayer pasé por tu casa, me pediste un defensor, estoy por traerte uno, que hace bien el “pick and roll. Aro, aro, aro, aro…”.
Hasta ahora lo mejor que nos pasó a los Calamares en 2017 fue que el fútbol no comenzó, evitando así, poner en juego el castillo de naipes de la ilusión. Ya hay fecha de inicio del reinicio. La ansiedad, la angustia y la incertidumbre, son sensaciones que solo el fútbol las transforma en alegría. Las premoniciones sobre un futuro Marroniblanco exitoso, hasta ahora fracasaron.
Cuando arranque el torneo, caminaré por Zapiola nuevamente, aferrado solamente a lo que ocurra, y no a “lo que podría ocurrir o podría haber ocurrido”. Te veo allá, Platense querido, que no se corte, ¿me entendés…? …pura Tinta Calamar.
César Fazzini (Calamarrón)
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