“10 Camisecas”, ¿y un buzo pesado?

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“En la antigua Escandinavia, los Vikingos usaban la línea de tres para defender su territorio, pero cuando no tenían a los hombres aptos para usar ese sistema de defensa, eran derrotados por los ‘Normandos’ o ‘Normales’, que se defendían con cuatro, y terminaban obteniendo la victoria con cierta facilidad. Así fue que a los Escandinavos, que siguieron utilizando ese sistema de defensa de tres, sin tener a los individuos capaces para ejecutar ese método, se los llamó ‘Escandi-Nabos'”.

-“No lo digo yo, lo dice Whisky-pedia”. -“Pará con tu crítica elíptica, etílica y ofensiva para el querido Vikingo, tiene que seguir trabajando, necesita tiempo”. -“¿¡Tiempo!?, noooo, pedime cualquier cosa, pero tiempo, en Platense no tenemos, ya lo usamos todo, entendés, ¡todoooo,17 años llevamos gastados!”.

¿Qué te pasó Kop?, venís de dar clases a “estudiantes colegiales”, pero llegaste a la universidad Calamar y te mancaste, ¿los jugadores no te entienden, no te hacen caso?, ¡no saben adónde están parados! “¿Ésta es la calle Zufriategui?”, le preguntaba Reta a Talamonti durante el partido. “¿Disculpame, el arco de ustedes cuál es?”, indagaba el Popi a un contrario, siendo siempre engañado, porque Popi salía gambeteando para el arco nuestro. Los hinchas ni siquiera podemos elogiar o vilipendiar con certeza a un jugador, porque rotan constantemente como si jugasen al Voley. “¡Gómez, sos un desastreeee!”, gritaba un señor indignado… “Perdón señor, ese es Reta”, pero mientras estábamos hablando, ya no era Reta, era Talamonti. “¡Que fantástico este pibe Leguiza!”, elogiaba optimista otro hincha… “No señor, disculpe, el que está de ese lado, ahora es Carrasco”. ¡Nos estás volviendo loco Kop! ¡Organicémonos!

Algunos, inclusive, aseguran que el técnico, para revertir el resultado, hizo entrar al Chipi y al Pato, creo que inventan hechos ficticios, y con cierta malicia, porque quieren desprestigiar el trabajo del DT. Toy preocupado, hay quienes hacen correr la versión de que los utileros de Platense hace años, que a las diez camisetas de los jugadores, le dicen las “Camisecas”, porque después de los partidos, no hace falta lavarlas, por carecer de efluvios corporales.

Después de la actuación denigrante, contra “Almibrown”, sumado a los anteriores partidos flojitos y del mismo autor de la leyenda de “El peso de la camiseta”, ¿se comienza a escribir: “El peso del buzo del DT de Platense”?. Kopriva, Kopri, Kop, Kopito, con todo cariño, yo te banco, pero auyentá rápido los fantasmas que empiezan a volar por el aire Calamar. No te olvides que los hinchas somos como Carrefour, tenés 30% de descuento en la confianza, con la segunda derrota.

El Almirante Pascutti, desde su chaqueta blanca, te ganó todos los rounds y te puso de espaldas por toda la cuenta. “¡Nocaut táctico, nocaut táctico!”, gritaba Walter Nelson. Para ser justo, la culpa también es de los dirigentes, si Kopriva pidió a Carreira, ¿¡por qué no lo trajeron!?, yo lo vi jugar en Colegiales y era un fenómeno. ¡Ah! ¡Lo trajeron! Perdón, mala mía. Entonces caigo otra vez en Kop, si el técnico lo pidió, ¿¡por qué no lo pone!? ¡Ah! ¡Está jugando Carreira! Perdón, mala mía otra vez, te juro que no me di cuenta.

Vuelvo por Zapiola tratando de descifrar cual es la extraña sensación que viaja desde mi corazón, hacia mi cerebro Calamar. Comúnmente registro rápidamente la desilusión o la desesperanza, pero esta derrota, golpeó en otra zona, por algunas circunstancias especiales, como la participación de ex jugadores de dudoso accionar defendiendo nuestros colores, y de un ex DT, de errática trayectoria. Es una sensación más dolorosa que la desilusión, es una afrenta, un agravio, ¡si señor!, me resulta “ofensiva” la derrota en sí, por la forma, o por la “no forma”, es una derrota que rompe estadística, ya no son dos partidos ganados y dos perdidos, son dos ganados, uno perdido y esta derrota indigna y bochornosa contra Almirante, que sólo podrá compensarse con una ristra de 6 o 7 victorias.

Yo también soy culpable, fui a la cancha con los dos “triunfofitos” en el bolso y no quería mirar adentro, sabía que no habían sido obtenidos jugando en forma distinguida, pero cerré el bolso y me embarqué en la ilusión. Las posibilidades de alegrarse que otorga Platense son tan escasas y efímeras, que “a triunfo obtenido no se le miran los dientes”. Logré combatir mi escepticismo, y en lugar de sospechar de la impericia futbolera y la flaqueza de espíritu del equipo, preferí sospechar de mi crónico inconformismo. “Somos un equipo práctico”. “Hicimos partidos inteligentes”. Y todas las “excufrases” que se recitan cuando se gana jugando mal, me las autoinflingí. Me lo merezco por hacer propias las declaraciones que emiten los que ocultan el fracaso.

Toy llegando a casa pensando que la única esperanza, es que las cosas cambien con el nuevo presi. Pero por ahora, si fuese por mi voto, ganaría el “Doctor Acéfalo”, no se, estoy quisquilloso con los candidatos. Durante el partido, en plena amargura por el baile que nos estaban propinando, me hacía sentir incómodo Lupetti, porque me miraba desde su cartel “Generalpacero”, con una sonrisita simpática, incompatible con ese momento de derrota. Tal vez los publicistas deberían colocarle una boquita móvil y como si fuera un emoticón, que se muestre sonriente cuando Platense gana, pero con la boquita invertida, triste, cuando Platense pierde. A su vez, el otro candidato asistió al acto de entrega de “Pelotas de Handball” para el club, que realizó el intendente Jorge Macri en un acto desproporcionado, comparado con la dimensión de lo donado, por supuesto, todo esparcido por las redes, a través de fotos, de sonrisas de campaña. Además, el aspirante a presi, más entusiasmado en implantar el baloncesto “Nbealero” en Platense, que ascender en fútbol, parece que trae un técnico chino para el equipo de basquet, bah, eso creo, por lo menos, yo vi un cartel que decía: “Wen-Dt”.

Es sábado, ya estoy en casa, uf, me duele la panza, creo que estoy empachado de tristeza “Marroniblanca”. Prefiero jugar un lunes, así tal vez, no puedo ir a verlo, y además, si perdemos…… le echamos la culpa al Dot…… pura tinta Calamar.

César Fazzini (Calamarrón)