top of page

¡Feliz 2017!

  • Foto del escritor: cesar dario fazzini
    cesar dario fazzini
  • 16 abr 2016
  • 4 Min. de lectura

Los hinchas de Platense marchamos con máscaras que ocultan nuestros rostros, todos iguales, vestidos de gris. Marchamos por pasillos angostos y terminamos cayendo en el abismo del fracaso final otra vez. “¡No más oscuros sarcasmos en el club! ¡No aceptamos control del pensamiento, no queremos escuchar más, que todo está bien! ¡Muchos años sin agregar un ladrillo en la pared!”, canta Pink Floyd, mientras las imágenes y la letra describen el presente Calamar con precisión sorprendente. No quiero ser dramático, ¡pero los que van cayendo en el video de The Wall, son todos hinchas de Platense! Perdón, es una metáfora, ya se que el video se refiere a cosas más importantes y profundas, que se yo, Gaudio la pasaba mal porque la pelotita pegaba en la red, bueno, yo porque Platense no pasa la décima fecha con esperanzas.

Imposible levantar de la cama a mi “yo” positivo, a mi “yo” buena onda, el tipo está tirado, desahuciado, desanimado, desesperanzado, tal vez el seguro pague destrucción total de esa parte de mi.

Camino por Zapiola como un reptil, tal vez influido por el desempeño de Platense y la metáfora de un dirigente: “Quiero que nuestro equipo sea como un león, no como un reptil”. Y el equipo nunca pasó de comportarse como un “molusco gasterópodo del orden Pulmonata sin concha”, según define la Wiki a la babosa. Un equipo que se arrastra, lento, pegajoso, patinoso. El mismo dirigente, incurriendo en campaña sucia contra sí mismo, dijo: “Contra Defe y Cole nos perjudicó el barro porque somos un equipo que juega por abajo”. ¡Buenísimo, contate otro! Y, desafiante, agregó: “Hacemos las cosas bien pero la pelota no entra”. ¡Prueben trayendo un nueve, un técnico, jugadores y no parientes, ex jugadores o empleados de la Muni para que entre la pelota!

Es posible que ante la generalización, los pecadores usen la Sube de los justos. El trigo y la paja vienen juntos, para hacer pan hay que separarlos. El perchero esta cargado y hay probadores disponibles, al que no le quepa el talle único del sayo, que no se lo ponga. La desazón es tan inmensa, tan continua, que ya no podemos ni siquiera protestar por no ascender, ahora nos toca quejarnos por quedar eliminados cuando faltan muchas fechas. Estamos obligados a mudar nuestro entusiasmo al 2017, ¡allá vamos!

Nuestros dirigentes, técnicos y jugadores, son olmos y nosotros necesitamos peras. Demasiados años de gritos huecos ¡Hoy hay que ganar! ¡Este es el año! ¡Somos Platense carajo! ¡Este es el partido clave! Gritos que rebotan siempre y se transforman en ecos eternos que no llegan a destino. Es tan miserable el presente futbolístico Calamar, que cuando sea pasado, nadie va a querer, ni poder recordarlo. Y los recuerdos, y las fotos que hoy todavía emocionan, en el futuro dormirán el sueño injusto del paso del tiempo, acostados, haciendo cucharita con algún dinosaurio.

Platense es el lado oscuro de un parque de diversiones. Somos un parque de amarguras. Tenemos un tren fantasma donde desde los costados te asustan dirigentes incapaces, torpes, cholulos y miopes que bailaron por un sueño personal sus cinco minutos y dejaron a Platense fuera del lugar que le corresponde por lo que es y por lo que fue. Juegan en nuestro parque de penas, jugadores que parecen reflejados en espejos deformantes de chiste, y después descubrimos que sin el espejo siguen siendo iguales, solo que meten la panza “pa dentro” cuando les sacan la fotito firmando el contrato. Jugamos los partidos sobre la montaña rusa, donde los triunfos suben lentos con ruido a engranaje oxidado, para llegar hasta la cornisa de la angustia, y volver a caer de forma estrepitosa, quedando estampado el susto y el desencanto en nuestro rostro Calamar por el descenso vertiginoso. “Perdón, dije descenso, no debí usar esa palabra, mala mía”.

En el parque de los sufrimientos se lo ve, a lo lejos, como va desarmando su puestito el señor que vendía copos azucarados blancos como su pelo. “Hubo lágrimas de los dos lados”. Debe ser su ojo izquierdo y el derecho, no está mal que lloren juntos. Tuvo que irse porque el público estaba cansado de que su ladero, “Molina da Farinha”, se haga pasar por un talentoso volante brasilero y todos veíamos que era un “Molino de Harina” de otro costal. Al parque de las angustias quieren darle una lavada de cara, cambiando algunas cosas. Así como corrieron al vendedor de copos, también habría que clausurar algunos puestitos de donde sale humo tóxico. Esperemos que lleguen a tiempo, ojalá recapaciten y podamos evitar el destino de Italpark.

Toy subido a un árbol colgando una pancarta en Zapiola que dice: “Traigan un nueve, que explicaciones sobran”. Viene un dirigente corriendo a mover el árbol para que me caiga, mientras grita: “¡Pileta, basket, voley, futsal, chip-carnet, vestuarios!”. Aparece de la nada Perfumo, se le tira a los pies y “faulea” al dirigente, que cae al piso y sigue gritando: “¡Softbol, ludo, ajedrez, boxeo, béisbol!”. Detrás de Perfumo aparece el “Polaco”, mira fijo al dirigente que sigue recitando deportes surtidos desde el piso, y le dice: “¡Cortala, ‘hablemos de fútbol’ papá!”. “Perdón, Mariscal, esa frase es tuya, lo que pasa es que estos tipos no entienden, no entienden. Un año más, para mi ya no es problema, pero me dan pena los que todavía están acá abajo. ¡Feliz 2017!”, gritó, y se esfumaron juntos tomados de los hombros. Pluff.

El dirigente se repuso del foul de Perfumo y de la sentencia contundente del “Polaco”. Finalmente se pidió la renuncia a sí mismo, la aceptó inmediatamente y me ayudó a bajar del naranjo en flor…… pura tinta Calamar.

César Fazzini (Calamarrón)


 
 
 

Comments


Responsable escrito: César Fazzini
   Siempre con "La Marroni"   
  • Twitter Social Icon
  • Facebook Social Icon
Mi twitter

.Calamarrón.

Cesar Darío Fazzini

bottom of page