¡Pep Brandoni!
- cesar dario fazzini
- 29 mar 2016
- 4 Min. de lectura
-“¡Nooooo!, ¿Pep Brandoni? Sos un caradura, ejerces la impunidad brutal, resultás poco creíble, tus comentarios, tus notas, o como corno quieras llamarlo, son insostenibles, inconsistentes, poco confiables. Verdugueaste a Palito a más no poder, lo defenestrase, decías que no teníamos técnico, y ahora lo comparás con Guardiola, sos impresentable”.
-“Chiito, tenga mano compañero, o hago una denuncia por discriminación al incoherente. No me pidas coherencia, la coherencia la conservan los seres que no tienen emociones. Si jugamos muy bien contra Morón, por qué no me puedo permitir arrojarme al vacío de la contradicción emocional, flotar en el aire como una golondrina y ver todo desde otro punto de vista, diferente, alegre, optimista. Te digo más, si Brandoni convence a Molina Fariña de que se rape la cabeza,¡Molina es nuestro Mascherano!, Palito ve en Fariña algo que solo ven los elegidos. Y todavía falta que debute Kissner, Pep Brandoni dijo que la rompe toda. ¿Qué te pasa? ¿No estás contento con el arroz Gallo con pollito mojado que nos comimos?. Je.”
-“Si, estoy contento, pero soy más escéptico, subite vos solo a la golondrina”.
-“Que poca onda. ¡Lero, lero, ganamos tres a cero!”.
-“Fue tres a uno, salame”.
-“Ya se, pero el versito ya lo tenía pensado, y me lo estropeó Desábato, sobre la hora, dijo que la pelota le dobló de golpe, sin poner el guiño. Puff”.
“¡Pusiste un solo delantero, infelí!”, le grité a Brandoni cuando entró a la cancha. Al ratito, pim, pam, pumba. Pelotín, pelotón para Morgan, el pirata bueno, chuta el centro, el Patito interrumpe, agarra la pelota, le pasa una franela con Blem y se la entrega limpita a “Palavelindo”, y el pibe, por ser pibe, la pone en el “rinconcito de luz” del arco del Gallo, y la deja así de “Chiquititas”. Y los hinchas Calamares festejamos, y tratamos de tapar algún agujerito de los que tenemos en el corazón.
-“¡Uy, dale, te copaste con los programas infantiles, no jodas!”.
-“¡Silencio, no me cortes el mambo volador, dejame! Me la paso criticando todo, y a todos, porque hacen mal las cosas, necesito desahogarme, ya se que es una gota de rocío en el desierto, pero a los hinchas nos hace bien hacer catarsis positiva”.
-“Bueno, dale, seguí”.
-“Tamos ganando 1 a 0 y jugando a tres bandas. La recibe otra vez “Palavelindo”, le hace noni a la pelota en el empeine, mira a su alrededor, y como un guionista sutil, en vez de tirar un centro cualquiera, tira un centro hacia el pasado. ¡Si, es un genio, tiró un centro que atrasaba diez años, y entonces ahí, apareció aquel Vega que se deshace del presente y pega un cabezazo, como hacía mi viejo, para sacar a bailar a todas las mujeres juntas de una milonga, y gol… ¡Shhhhh!, escuchá a la gente… ¡Vega, Vega!”.
-“¡Descarado, falso, vos no lo querés al Trapo, lo escribiste acá!”.
-“Al del 2006 sí que lo quiero, ojalá venga a visitarnos más seguido. El aliento y los aplausos no tienen rencores, son proclives a explotar si se hace presente en el presente el Vega del pasado. El cabezazo de hoy fue para chuparse los dedos, si señor. Te sigo contando…”.
-“¿Para qué? Yo también fui a la cancha”.
-“Ta bien, pero no le pones onda”.
-“Es que no salimos campeones, ganamos un partido y estamos lejiiiiisimos”.
-“Bueno, listo, andate, sigo sólo, lo malo lo sabemos todos, dejame seguir flotando en mi nube de Pep”.
La tarde estaba lluviosa, en realidad era una garuíta pedorra, pero le agrega dramatismo. La recibe el Popi, dominio imperfecto, el defensor se la pellizca, pero se cae, Popi trastabilla pero la recupera y sigue, corre solo, ningún jugador de Platense lo acompaña, es Popi contra seis mil soldados del ejército del Oeste que vienen a sacarle la pelota, pero cuando están por alcanzarlo, ¡fiuuu! Popi huye, huye a abrazarse con sus compañeros, porque ya había acurrucado la pelota del gol, en la cunita del arco, dejando al arquero arrodillado, cumpliendo tal vez, con respeto, con el rezo Pascual.
Extasis, embriaguez, embelezamiento, la perfección se asoció a cada gol de Platense. No se qué me pasa, no puedo ecualizar, todo al mango, a full, al taco. Uff. La exageración y la ponderación desmedida de los hechos virtuosos, responde tal vez a la escasez de los mismos. El triunfo de Tense es como el gusto rico de un chicle, es difícil hacerlo durar. De chico le agregaba azúcar a los Bazooka para que mantengan más tiempo su sabor dulce, por eso quizás edulcoro con cierta desmesura esta victoria, que dentro de una semana tendrá gusto a nada.
Camino por Zapiola, con felicidad diminuta, por el triunfo tal vez tardío. Platense vive momentos turbulentos, así como las familias numerosas deciden jugar al “amigo invisible” para organizar los regalos. La familia Calamar juega al “enemigo invisible”, desempolvando odios y rencores rancios, que tratan de esparcir por todos los rincones, “enemigos invisibles” que se los combate sólo pensando en Platense y con honestidad pura y dura.
El amor a la camiseta Calamar es el único amor al que hombres y mujeres somos fieles de por vida, es imposible encontrar a un hincha de Platense haciéndole el amor a otra camiseta. En cambio, los amores eternos que se juran ante solemnes altares, son incumplidos de forma recurrente, en turnos de hora y media de pasión y traición.
Volví a subirme a la golondrina del triunfo ante Morón, me hace bien, aunque la lluvia de empates recientes mojaron un poco las alas, espío y veo a lo lejos un rayo de esperanza que intenta filtrarse entre las nubes oscuras de nuestro presente, ojalá pueda.
Ta fresco acá arriba, la golondrina ya me explicó que sigue siendo otoño, que ella sola no puede hacer verano. Faltan más golondrinas que acompañen el vuelo Marroniblanco, muchas más…… o seguiremos hibernando…… pura tinta Calamar.
César Fazzini (Calamarrón)
Comments