Platense querido, “Yo te conozco”
- cesar dario fazzini
- 29 abr 2015
- 4 Min. de lectura
Tres de tres, cinco de seis, que se yo… ¡Perdí la cuenta! ¡No paramos de ganar! Que sigan pasando rivales, los despachamos.
¡Viva la fealdad, la falta de estética, la sumisión, la resignación futbolera, la falta de talento, la escasez de espíritu, los planteos cobardes! ¡Viva la mezquindad futbolística! Sigamos jugando mal y feo. Jugar lindo es un invento fantasioso del romanticismo, ¿quién puede determinar la belleza de las cosas? ¡No nos discriminen, los que jugamos feo también podemos ascender! La fealdad triunfa; “la suerte de la fea, la bonita la desea”.
¡El patito feo un día se convirtió en cisne!, la Bestia conquistó a la Bella, el Fantasma de la Opera era un seductor… ¡Hasta Betty la fea enganchó al galán millonario! Sigamos jugando feo. Hagamos un gol, y después… ¡colguémonos todos juntos del travesaño!, ¡coloquemos trampas para osos en nuestro área!, ¡cuidemos la retaguardia, no crucemos la línea del mediocampo hacia adelante, hay un precipicio! ¡Cavemos trincheras y escondamos defensores suplentes que hagan penales invisibles! Coloquemos carteles amenazantes de “Cuidado con el perro” en nuestro campo, ¡defendamos como sea!
Hagamos un gol, y el arco de enfrente desaparece, ¿escucharon bien? ¡El arco de enfrente no existeeeee! Descolguemos el poster de Guardiola, regalemos la foto de Menotti, borremos las charlas de Alfaro. Lo antiestético nos lleva a la cumbre, seremos cisnes, conquistaremos bellas, tocaremos el cielo con las manos, alcanzaremos la luz blanca al final del túneeeeel, y esa luz blanca… ¡es el ascensooooo! ¡Allá vamos, Victor Sueyroooooo!
-“¡Ah no! Para, para, piraste mal… pedí médico, no sabés lo que decís, querés justificar que juegan mal, estás afectado por el síndrome de abstinencia de Primera “A”, dieciséis años te desordenaron el cerebro, mezclas todo, el patito feo, Guardiola, Sueyro, Alfaro, Menotti… ¡La luz blanca es la muerte, idiota!, no es el ascenso. No se cómo ayudarte, pero estás mal”. -“Dejame en paz, estoy bien, tres de tres, ¿no jugamos lindo? No jodas, la belleza es efímera, envejece y se va. La fealdad dura para siempre, experiencia personal. Jugar mal es como un protector solar factor 90, no permite que pasen los rayos de la ilusión y el corazón se ponga al rojo vivo. Jugar feo es perfecto, no genera expectativas, ¿entendés? ¡Y no caigamos en la tentación de jugar bien, sigamos jugando feo! Amén. Perdón. “Sigamos jugando feo y ganando”. Amén”.
-“Tenemos que ser minuciosos, debemos cuidar a Mastrolía y a Lamacchia, contratar al grupo Halcón para protegerlos, llevarlos a la cancha en un camión blindado, construir una burbuja aséptica para que ningún virus, ninguna bacteria los afecten, hacer guardias cuando duermen a la noche por si se destapan y taparlos, hacerles sopa de Quaker, no dejarlos que vayan a Cocodrilo con Bustos y Peyrán, en fin, tomar todos los recaudos para que nada impida que Lamacchia defienda y que Mastrolía ataje en el arco de Platense. ¡Somos Mastrolía y Lamacchia + 9 – 1!”. -“¡Carajo! No entiendo la fórmula, ¿Mastrolía y Lamacchia + 9 – 1 ? Muy complicada”. -“¡Shhhh! No me hagas explicar algo que duele. Fuimos “ositos cariñosos” con el uruguayo buen tipo, las rodillas no le doblaban como la pelota en Bolivia, y teníamos el arco con agujeritos. Ahora somos “ositos cariñosos” de un recuerdo, que llega a cabecear el domingo los centros del sábado y en offside, siempre en offside. ¡Códigos! ¡No comment! 30 de junio, stop, adiós, stop, le regalamos el arco como a Palermo, stop, gracias “Trap” por el pasado, stop… pisado… stop, cambio y fuera”.
Sigo viendo el bosque, la ceniza de los triunfos no me tapan el parabrisas. Por ahora seguimos siendo Platense. El plan “UAI Urquiza” no convence, “Vicente Platense”, ” Platense Lopez”, “Los Cala-Macris”. A Ferrocarril Urquiza lo apodan “La UAI”, a nosotros ¿“El Vicente”? Hay auspicio de fideos importantes. Las propuestas de la muni “vicentelopera” no cierran. En vez del marrón, “amarillo”. ¡Dale amarillo, dale amarillo! ¡Suena horrible! “Entonces que los sueldos de los jugadores los pague Montoto”, le contestaron al dirigente Calamar. Bianchi tenía el celular de Dios, nosotros no conseguimos ni el fijo de Montoto. Vuelvo caminando por Zapiola, y se me cruza la suerte a cobrar honorarios: “Les hice pata estos tres partidos, pagame y me las tomo, pero hagan algo ustedes también, soy la suerte, no la magia”. ¡Rajá de acá, oportunista, mercenaria, corrupta, inescrupulosa, andate a la…! Desapareció debajo de una baldosa floja, como siempre, salpicándome el pantalón como venganza. A resultado puesto, cualquier impostora dice ser la suerte, y desmerece tal vez el ingenio de Bocca, el crecimiento de Gómez, el polaco oficio de Gianunzio, los ligamentos con mira telescópica que le pusieron a Humberto, la seriedad de Infante, la “malabarabilidad” potente de Miranda, el despliegue en frasco chico de Ferreira o nuestra infinita fidelidad y paciencia.
El mundo está lleno de impostores y de falsas predicciones: el precio más bajo, 15% de descuento en todo, le devolvemos la diferencia, paga más porque quiere, el más bajo siempre… nada es cierto. ¡Uff! Sólo dependemos de nosotros Platense querido, vamos bien, “Yo te conozco…” …pura tinta Calamar.
César Fazzini (Calamarrón)
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