Los Pimpi-Tense
- cesar dario fazzini
- 19 mar 2015
- 4 Min. de lectura
Alfaro: “Me engañaste, me mentiste, me dijiste que si a mi me echaban vos tambien te ibas. Me engañaste, te quedaste a dirigir vos, y me dieron salida. Me mentiste, me pediste que ponga a Morales y yo no queríaaaaaa”.
Bocca: “La pelota con un sólo cinco es imposible agarrarla, Alcaraz que es el seis que trajiste es pura buzarda. Que Chavarri que te gusta tanto no sabe pararla y que a veces aunque no te guste hay que reventarlaaaaaa..!”
Alfaro: “Al final yo me fui de Platense y vos te quedáaaaaas, dijiste que si vos te ibas no podés morfaaaaaar”.
Bocca: “Vos con eso del tiqui-tiqui, a todos les mentiiiiis, jugar por abajo imposible con Vega y Ortiiiiz ¡Me engañaste… Me mentiste..!”.
Stop, ¡finishela! ¡Los dos a la dirección! ¡Se van a dormir sin comer postre! ¡Se van al rincón con orejas de burro! Al don, al don pirulero, cada cual atiende su juego. Abrupto final de una pareja por conveniencia, dos tipos en busca de proyectos personales, dirigentes iluminados que, cual agencia matrimonial ineficaz, armaron una pareja incompatible, un monstruo de dos cabezas. “¿Y Platense?, ¿Platense?”, me suena… ¡Qué me importa, cara de torta!
En un ser humano común, no entra más decepción, soy el vaso que rebalsa las próximas gotas de desencanto, soy un subte a las seis de la tarde. “¡No va máaaas!”, grita el crupier mientras atraviesa el rastrillo en el paño de lágrimas Calamar. Pueden seguir mostrando sus miserias futbolísticas que ya no caben en mi cuerpo, desbordan, resbalan, se van por la rejilla.
Camino tranquilito por Zapiola, mi prioridad no es el ascenso de Platense, me resulta más real conseguir cien de crudo de oferta en el chino, pan caliente, manteca, y me importa un pito si empatamos con Defe cobardemente. Yo no puedo hacer algo por el ascenso del Calamar, pero si por el sándwich, si este chino no tiene crudo de oferta, voy a otro, o a otro, a otro, la peleo, y por más que “Trapito” Vega se saque “selfies” en la platea pero no haga goles, que Nadal sea como un Viagra trucho porque no para a nadie, que Ferreira sea más ancho que alto, que a Ortiz le sigan haciendo la broma de atarle los dos botines juntos para que se caiga, que Bustos saque a pasear a la tortuga y vuelva agitado, yo, tengo la certeza que me voy a clavar el de crudo porque depende de mí, no de ellos. Tal vez si Pedro Bocca va a comprar el jamón, traería salchichón. “Estaba muy difícil conseguir crudo, por lo menos algo traje”.
¡¡¡No Pedro, audacia, rebeldía, necesitamos un poquito de crudo, venimos comiendo queso de chancho hace rato, no seas conformistaaaaa!!! ¡Goooglea “jugadas de pelota parada”, hacé algo!
Cuando vuelvo con mis cien de crudo, caminando, y veo una tapita de cerveza tirada en la vereda, rememoro mi habilidad infantil, le pego tres dedos con efecto aprovechando las puntas de la chapita: ¡Pimba!, le doy finito y la chapita vuela, gira, y hace dos curvas en el aire. Siempre pensé que iba a ser un gran jugador de fútbol, y soy horrible. Quizás muchos jugadores de Platense hayan sido, de chicos, habilidosos con las chapitas de cerveza o gaseosa, pero las pelotas de fútbol no tienen piquitos de chapa.
Me busqué un banco en la placita seca del Poli de Pedraza y Crámer, a veces me gusta agregar una feta de nostalgia al sándwich, abrí la flauta con los dedos, unté la manteca con un palito de helado que encontré en el piso, el crudo cortado finito, y…… ¡Un elixir papá!, ¡¿cuatro de dieciocho en el campeonato?! ¡Diez de diez el sándwich de crudo! Ta bien, se pueden ir todos a la mismísima con……. Por suerte me enseñaron a no hablar con la boca llena, así que todo quedó entre las cuatro paredes de mi cerebro.
“La gente impuntual es impuntual”, explicaba un licenciado: “Su energía está puesta sólo en aferrarse y exagerar hechos que justifiquen sus llegadas tarde”. “No sabes, atropellaron a una vieja en Panamericana, volaron los pedazos de vieja a los dos carriles, imposible pasar”. “Un flaco se acostó en las vías del tren porque perdió la Sube con treinta pesos cargados”. “Un motoquero se estroló con un camión que llevaba carne y todavía están separando para no repartir carne equivocada en las carnicerías”. “Había un piquete de ojos de Karadagián en Gral. Paz”. Son cazadores furtivos de excusas, aunque nada de eso hubiese ocurrido, igual hubieran llegado tarde.
Los técnicos y jugadores de Platense son como los impuntuales, apelan a las fatalidades para justificar su natural falta de coraje y rebeldía, necesitan la expulsión de algún compañero, un corte de luz, temperaturas altas, lesiones en momentos importantes, contrarios que se defienden demasiado, solo pretextos para ocultar la falta de audacia permanente, es su naturaleza.
“Teníamos un hombre de menos y de la mitad de cancha hacia arriba había mucha nieve, por eso no intentamos atacar”, declaró Bocca después de haber puesto sesenta y tres defensores para defender la nada misma. Platense es como un triángulo de las Bermudas, cualquier virtud que ostenten técnicos o jugadores desaparecerá inexorablemente cuando vuelen sobre el cielo Calamar y será recuperada cuando vuelen hacia nuevo destino.
“Bueno, pobres, capaz que si ganan un partido levantan el ánimo”, me comentó un alma sensible y bienintencionada. Es cierto, pero nadie puede otorgarles un triunfo que sus limitaciones les impiden conseguir. Son jugadores que seguramente necesitan dormir con la luz prendida de su cuarto, todo los asusta, los debilita, los disminuye, los apichona, ven a los contrarios como seres todopoderosos ante los cuales hay que rendirse. ¡Cobardes!
“Tiene un diez el que responda bien”, dice el profesor de Química. “¿Qué cuerpo sólido no se calienta, es tibio cuando está en actividad, y muy frío en la zona delantera superior?”. “¡Un jugador de Platense!”, contestó el pibe hincha del Calamar que por primera vez se saca un diez en Química…… ¡No va máaaas, negro el 2015! …….pura tinta Calamar.
César Fazzini (Calamarrón)
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