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“¿Seguís siendo de Platense, che?”

  • Foto del escritor: cesar dario fazzini
    cesar dario fazzini
  • 8 nov 2014
  • 4 Min. de lectura

Es posible que mi cuñado no haya tenido intención de ofenderme, pero el tonito me cayó mal: “¿Seguís siendo de Platense che?”. “¿¡Y vos seguís siendo el mismo boludo de siempre!?”, contesté yo, mientras volaban de mi boca pedacitos de salamín, la botella de cerveza hacía efecto dominó sobre el borde del plato de papas fritas y finalmente toda la picada agonizaba, desparramada sobre el piso de baldosa roja de la terraza. Todavía no encontré las cinco aceitunas negras que quedaban en el momento del entredicho.

No puedo discernir quién estuvo más agresivo. Mi mujer defendió a su hermano. Las mujeres no defienden a un marido, pareja, novio o concubino ante otros y cuando uno está presente. Son elogiosas en nuestra ausencia. He escuchado comentarios loables de la mujer de un amigo mío, fallecido, que el difunto ya no podrá disfrutar.

Platense me estropea los fines de semana. Cuando juega, pierde, y cuando no juega, deteriora los asados en familia por mis exabruptos de Calamar resentido. A mi cuñado lo que más lo ofendió fue el “siempre”, mas que el “boludo”, descubrió que yo, “siempre” pensé eso de él. Tengo que aprender a expresar mis frustraciones balompieras de manera mas civilizada.

No sé cómo salimos contra Morón y Armenio, o si ya jugamos contra Barracas. ¡No me interesa, no escucho el partido, di de baja internet, no tengo idea del presente de Platense! . La “negación ” me salva la vida, es extraordinaria. Perdimos contra el Gallo, ganamos contra Armenio y ¡estamos en el puesto más bajo, de la categoría más baja de la historia de Platense!, pero lo niego y chau pichi, no se me mueve un pelo, no me amargo, es como un spa. Me lo recomendó un amigo que todas las mañanas toma un cafecito con el amante de su mujer. ¡Realidad, a la cucha!

Escucho un tic-tac… tic-tac… constantemente. ¿Será el reloj que marca el tiempo que hace que estamos descendidos, el tic- tac de Platense antes de estallar, o es mi corazón, y tendré que ir al cardiólogo? Mi mujer dice que tengo que ir al cardiólogo porque cuando Platense pierde, el latido de mi corazón no la deja dormir. Yo creí que se interesaba por mi salud, en fin.

¡No nos podemos ahogar en un vaso de agua Calamares! ¡Es verdad! Pero pienso y analizo… mmmmm… los guardavidas son tipos grandotes, no entran en un vaso, ¡por eso nos ahogamos en un vaso de agua! Perdón, perdón, veo todo negativo. Estoy muy mal. Los hinchas Calamares no nos rendimos, la lealtad del hincha Marrón es inclaudicable, es por eso que un laboratorio alemán intenta reproducir artificialmente nuestros genes y fabricar “¡La píldora de la fidelidad!”. “Tomás una pastilla y amarás por siempre a tu equipo, a tu mujer y a tu perro”. “La pastilla más fiel”, diría en alemán el slogan.

El Papa Francisco apoya el proyecto desde que vio al nenito hincha de Platense que no aceptó la extorsión de Tinelli: “¡Entonches no quiero el helado!”. Un religioso anuncia con gracia secular en los cortes publicitarios de su homilía: “¡Para que cumplan un mandamiento aunque sea, y que nuestros fieles, sean tan fieles como un hincha de Platense!”; “Tomá la píldora de la fidelidad y dejá de desear a la mujer del prójimo, atorrante”. Mi único temor es que los científicos alemanes necesiten seguir con los estudios sobre nuestra perdurable conducta en condiciones denigrantes, y pongan dinero para que continuemos en la “B”.

Cuando pierdo el celular le pido a mi mujer que me llame para encontrarlo, incluso mejora el diálogo entre nosotros: “Ya lo encontré”. “Bueno”, me contesta ella. ¡Pero cuando perdemos el año, no hay forma de recuperarlo! Otro año más y van…… ¡¡Otro año más Iván!! ¿¡Quién es Ivaaaán!? Sigo mal, no mejoro. Otro año sin nada para rescatar, tal vez los dirigentes de Platense sean pioneros en la introducción de la ecología y el reciclaje en el fútbol, por eso tenemos todos jugadores descartables. El próximo año no hay que equivocarse con las incorporaciones.

En algunos países usan un líquido en el que sumergen las camisetas de fútbol, una vez que están secas, y el jugador la usa, el producto provoca que la camiseta se ponga de color azul en contacto con una superficie fría. Por lo tanto a todo aquél que la camiseta se le ponga azul en la zona del “pecho”, no lo contratan, o no juega más si ya pertenece al club. En remeras oscuras, la aureola que aparece es rosa. Es del mismo laboratorio que inventó un químico que agregado al agua de la pileta, se pone azul si un chico hace pis. Muchos no le ponen ese líquido al natatorio, pero los pibes por miedo a que aparezca una aureola azul a su alrededor dejan de mear en el agua.

Tal vez no podamos comprar el líquido ese, pero si hacemos correr la bolilla de que las camisetas de Platense están impregnadas con ese producto, algunos jugadores, como los chicos en la pileta, ante el temor de que aparezca la aureola azul en su pecho, asuman una actitud más valiente y combativa durante los partidos. “¡Pechos frío!”. Disculpas, la divulgación científica no se mezcla con el patoterismo barato, estamos todos muy nerviosos.

El producto es muy bueno, pero muy caro. La sugestión no es tan eficaz, pero es gratis. Esperemos que durante 2015 en ninguna camiseta de los nuestros aparezca el denigrante círculo azul. Seguramente en algunos países hace muchos años que lo usan y de allí surgió la célebre frase “¡La camiseta no se mancha!”, ni de azul, ni de rosa…… pura tinta Calamar.

César Fazzini (Calamarrón)


 
 
 

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Responsable escrito: César Fazzini
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