En Platense, ¡Wikipedia presidente!
- cesar dario fazzini
- 27 sept 2014
- 5 Min. de lectura
Un Calamar caído me golpea sin razón alguna. Pongo la otra mejilla, y la otra, y la otra… ¡Pará, no me quedan más mejillas! No estoy para el cachetazo. Busco en Wikipedia la definición exacta del presente de Platense: “Deshonroso, vergonzoso, innoble, denigrante, oprobioso, humillante, indigno, despreciable”. ¡Wikipedia presidenta!, precisa descripción, en tu “wiki-enciclopedia”. Tal vez te voto.
-“Amor no correspondido, amores perros. Amor sin condición, sin nada a cambio”. -“¡Pará infeliz! Hablá del técnico, de los dirigentes, de los jugadores, de los réferis… ¡El fútbol es un negocio! ¿Entendés? ¡El amor no tiene nada que ver!”. -“Sigo, no interrumpas… sin el “amor” del hincha por una camiseta, el negocio no existiría, por lo tanto primero el amor…”. -“Tomatela… a vos te captó una secta satánica”. -“Ninguna secta, estoy yendo a terapia porque el amor a Platense me está haciendo mal”.
-“No es sano una relación tan desigual, usted pone todo y no recibe nada a cambio, una victoria, un ascenso, un partido bien jugado, un gol de su ídolo, nada, siempre nada… ¡Cuidado! Puede caer en un abismo”. -¡No! ¡A la C no! -“Bueno, nos vemos la próxima”.
¡45 minutos de sesión y otra vez estoy perdido! Como cualquier mitad de un partido de Platense, perdido, siempre perdido. La licenciada me recomendó no cruzar por el puente de Zapiola cuando vuelvo de la cancha desde que le conté un sueño recurrente: ¡Sueño que me arrojo desde el viaducto rojo, luego de una nueva derrota, envuelto en una bandera de Platense y quedo inmortalizado sobre el pavimento de la General Paz, allí ponen una plaqueta conmemorativa en honor al mártir Calamar, y entonces todos se emocionan y esfuerzan, porque me morí, y Platense empieza a ganar, y asciende, y sale campeón de todo, ¡gracias a mí!, que me inmolé, bah, ¡que me maté como un boludo! Y dan la vuelta olímpica tirando besitos al cielo. ¡Hipócritas! ¡Ya no puedo festejaaaaar!
-“Sólo va a lograr ser un triste titular en los canales de noticias”. -Me entregó unos frasquitos: “Tome dos por día de cada una, los días que juega Platense duplica la dosis”.
Quedamos pocos, somos un cuerpo de elite capaz de soportar infinitas penurias futboleras, un grupo de adictos al fracaso constante, con el dolor de ya no ser, pero con la pasión intacta. ¡Intento todo!, ¡Renuncio al laburo! Voy a conseguirme algún trabajito los fines de semana, ¡quiero tener libre de lunes a viernes para ver a Platense!
Trato de emocionarme con algún triunfo del handball Calamar… ¡No puedo! Tal vez si lo llamasen “jánbol”, como hicieron con el “football”. Carezco de capacidad traslativa de emoción, aunque vistan la marrón y blanca. Mil perdones. ¡Triple, triplazo, game, gamazo, set, setazo! Hummmm, todo raro… ¡Golazo va como piña!
Mi viejo, los domingos, me hacía disfrutar el fútbol de primera de Platense, maní caliente, la Coca y el mismo amor, la misma lluvia: “¡Dale corramos abajo del techito que se largó!”. “Indudablemente su padre es el gran responsable de su actual sufrimiento”, sentenció la licenciada. “Dame la mano para saltar ese charco, no te mojes las zapatillas”, todavía siento su mano calentita que con disimulada ternura me ayudaba a volar por arriba del agua para que no me moje los pies. “Bueno dejamos acá, cuarenta y cinco minutos justos… el tiempo de descuento a usted no le conviene, ji, ji, nos vemos la próxima”.
Mi viejo, sin querer, fue culpable de la incitación a la desesperanza permanente haciéndome hincha de Platense, pero hay responsables de tanto fracaso. ¡Que aparezcan, que aparezcan! ¡Hagamos una asamblea! ¡Si! ¡Eso! ¡Denunciemos a los culpables! Morelli y Berruti, dejan función privada y reparten escarapelas blanquimarrones.
La asamblea. -“¡Su perro ladra todo el día!”. – “¡Y usted pone la música fuerte a la noche, y yo soy de las primeras del edificio!”, contesta una mujer reluciendo sus jinetas. ——–“¡Dejan la puerta de abajo abierta!”, protesta un petisito -“¡Caradura! ¿Por qué no junta la caca del perro?”. -“¿Y yo qué culpa tengo que usted piso el tereso? ¿Por qué se limpió en mi felpudo?”, pregunta un pelado. -“¡Claro! ¿¡Y por que se limpiaron en su felpudo pone el televisor a todo volumen!?”. -“¡Tengo que poner fuerte el televisor porque el atorrante de al lado martilla de noche”. -“¡Yo martillo de noche porque estoy arreglando el piso que se levantó cuando se le desbordó el lavarropas a la de arriba!”. -“¡Y a mí me roban la revista del diario del domingo!”.
Y el que roba la revista dice que le rayaron el auto, y el que se lo rayó dice que alguien le envenenó el gato, y los hijos de la del quinto escupen el espejo y esconden el veneno… ¡No tiren la caja de pizza afuera del tacho! Mi mamá pisó una aceituna y casi se mata. ¡Mejor si se mata, así no me moja la ropa cuando riega las plantas! ¡Con mi vieja no!, amenaza el grandote. ¡¿Quién tiró esto en mi patio?, pregunta insidioso el del primero, enarbolando indignado un preservativo. ¡Es re-chiquito!, de mi departamento no fue, sorry. ¿El olor a porro es de tu patio?, contraataca astuta la del cuarto, y se arma la trifulca, y todos contra todos. ¡Pin!, ¡Paf!, ¡Puf! Y el edificio cae en desarreglos, cada uno es hincha de “si mismo”, y nada cambia. Unos jueces de silla, altisonantes, cantan malas todas las pelotas… ¡Ojo de halcón!, piden, pero muestran imágenes trucadas. ¿Tendremos todos la misma camiseta?
-“Ya lo decía Freud hace más de 180 años. Si la pelota pega en el palo y entra, nadie recordará que pegó en el palo, y si la pelota pega en el palo y nunca entra, tampoco nadie recordará que pegó en el palo, sólo recordarán que nunca le ganan a nadie… ¡Muertos!”.
-“Nos vemos la próxima”
La descubrí, la psiquiatra era una impostora… amiga de mis amigos, que me toman para el churrete porque soy de Platense. No hubiese querido ser de un equipo exitoso, solo quiero que Platense tenga algún éxito. Cuando vuelvo de la cancha voy por Zufriategui hasta Maipú, aunque me aleje, por el mal sueño del puente de Zapiola. Claro que para volver de la cancha, primero tengo que ir, y no puedo, mi mujer no quiso que renuncie. De lunes a viernes yo trabajo, no puedo ver al Tense.
Veo a Vega acostado en una reposera en su balcón terraza: “Están saliendo los trapitos al sol”, pienso… ji, ji. La terapeuta trucha, recotizó mi estima: ¡Una mujer escuchándome durante tanto tiempo, y sin celular! Lo de ella era mentira, yo estaba de verdad… ¡Pelito pa la vieja! Trato de hacerme hincha del Dot, me compré la Retiel con dos hojitas. ¡Ta linda! ¡Parece que arman equipo de fútbol once! ¡Voy a poder ir a verlos los sábados, o los domingos como iba con mi viejo..! ……pura tinta shoppinera……. ……puaj… pura tinta calamar.
Calamarrón
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