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Truco de cuatro, ¿con o sin?

  • Foto del escritor: cesar dario fazzini
    cesar dario fazzini
  • 14 may 2014
  • 3 Min. de lectura

Un rastrojero de un solo piso lleva hasta Munro a un Platense outlet, de segunda selección, con fallas, roto, descosido, desteñido, destartalado. Migajas de aquel esplendor “dreamtinesco” falsificado. Tres minutos, la defensa de Platense mira vidrieras para comprarse un jean a mitad de precio. Los Colegiales patean al arco, desde Munro, acá nomas, y a Flores lo mata el delay, como si pateasen desde Europa, y se tira, acá, en Argentina, cuando ya están sacando del medio.

Al rato Molina y Ortiz hacen goles y ya no son inferiores… a los superiores, a los caros, a los capos, a los malos, a los intrascendentes, aunque todavía quedan aquellos de la patada justa al Pepe, en el momento justo al Pepe, en el lugar justo al Pepe, para un penal o expulsión, al Pepe, como siempre. Y penal con el arco vacío es gol, es empate, de segunda selección, de cuarta. ¡Uf! ¡No quiero más mate bien cebado en el arco! El Calamar compra una balanza para pesar los goles en contra, porque pierde la cuenta.

Espacio publicitario… “Si tenés más de treinta años, si estás por dejar el fútbol, si estás roto, si en los últimos años sólo te pudiste agachar dos veces… ¡No sufras más! ¡Venite a Platense! ¡Venite a colgar tus botines a Vicente Lopez! ¡Un año con todos los gastos pagos! Hacé como Pusineri, Barrientos, Román Díaz, Balvorín, etc… dale, se viene junio, aprovechá esta magnífica oportunidad”. “¡Siiiiii..! Todavía tenemos stock de… ¡Armalo a Pieroni! El divertido cubo mágico con las radiografías de las lesiones del ignoto delantero que pasó por Platense… ¡Dale, animate! Hasta ahora nadie lo pudo armar…” Fin de espacio publicitario.

Aquel viejo martes y un tristón triunfo con Tristán. El arquero de Tristán, honra al capocómico bizco, nosotros ponemos a Flores y estamos a mano. A los cinco minutos el yorugua no entiende por qué los contrarios se abrazan si el partido recién empieza, los compañeros le comunican el motivo del festejo. Más tarde Pansardi se compra un papel carbónico, escribe gol, y abajo sale gol, “dos gol”. El arquero contrario le guiña el ojo al Bochita.

El Pato Rodríguez tira un centro y un defensor le propone a su arquero hacer un co-ca-co-la, el golero no lo entiende, 3 a 1. Tristán tira un centro, Flores justo estaba escribiendo su autocrítica y por no soltar la lapicera se le escapa la pelota. Gol y pierde el papelito con el juicio crítico que estaba elaborando sobre sí mismo. Por suerte el Popi mete la blanca en la tronera con efecto mariposa y tranquiliza las almas, listo, ya está, por fin, dos de diferencia, ¡entréguense! Pero los tristanes lanzan una pelota voladora, que alguien patea haca el arco y esta vez Flores se tira y evita… que le rompan el termo, pero la pelota entra al arco, y sube a la garganta de los hinchas.

Stoklas busca el empate y decreta tiempo de descuento indefinido… pero le avisan que en la tele ya entró Mascherano, y pide que cumplamos la promesa del mundial. Stoklas pita obligado y le suspenden el asado al que estaba invitado en Ezeiza.

Semana otoñal de un largo otoño Calamar. Somos un olmo, no pretendamos peras. Quizás entremos, por la ventana cuadrangular. Intentemos evitar la fiesta de quince, de lo contrario, tendremos que recurrir a la cría artificial de hinchas Calamares. Será solo un último truco de cuatro, los trucos de cuatro hay que saber jugarlos Méndez, hay que ser inteligentes, y todos sabemos el reglamento… los trucos de cuatro, esteeee… los trucos de cuatro…… se juegan sin “flores”, vos entendés… ….pura tinta calamar.

Calamarrón


 
 
 

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Responsable escrito: César Fazzini
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Cesar Darío Fazzini

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